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martes, 21 de abril de 2009

¡Qué poca memoria!

Yéffim Gero Fong

En un video publicado por la revista electrónica Reporte Índigo 126, John Cook alcalde de El Paso Texas, ciudad norteamericana fronteriza con Ciudad Juárez, expresa refiriéndose a la militarización de la ciudad mexicana, “lo que hemos visto desde que las fuerzas militares arribaron es un declive de alrededor de 80% por ciento en el número de muertos”.

El alcalde Cook se refiere al arribo de elementos del ejército, el día 2 de marzo de 2009, cuando miles de elementos castrenses vinieron a reforzar a los miles que ya había en Ciudad Juárez, para acumular alrededor de 10,000. El año del 2008 cerro con la cifra record de alrededor de 1600 asesinatos en Ciudad Juárez, todavía durante enero y febrero de 2009, el promedio de poco más de 5 asesinatos diarios se mantuvo. Efectivamente a partir del 2 de marzo, aunque los asesinatos no se detuvieron y sigue habiendo ejecuciones regularmente, el promedio de asesinatos bajo en un 80% como lo señala Cook. La militarización de la ciudad ha logrado contener los asesinatos, esta parece ser la creencia corriente de una ciudadanía aterrada y abrumada por el crimen.

Pero hay un “pequeño” detalle que a todo mundo curiosamente se le olvida. La mentada “guerra entre carteles” según el gobierno, comenzó en Ciudad Juárez en noviembre de 2007, viniéndole como anillo al dedo al espurio Felipe Calderón, que promovía la necesidad de lanzar una “guerra contra el crimen” para ganar algo de legitimidad. El promedio de asesinatos en Ciudad Juárez, durante el periodo de noviembre de 2007 a marzo de 2008, fue de poco más de 2 por día. La verdadera ola de sangre comenzó a partir de abril de 2008, cuando inicia el Operativo Conjunto Chihuahua y el ejército llegó a Ciudad Juárez, el día último de marzo de 2008. El promedio de asesinatos diarios se disparó a más de 5 en los siguientes meses.

La ola crítica de ejecuciones, fusilamientos, extorsiones, secuestros y grupos paramilitares que asolaron a la ciudad, se extendió durante los 11 meses que van desde el inicio del OCCH hasta la llegada de la segunda gran remesa de soldados, cuando como por arte de magia, la ola de terror amaino, tan abruptamente como había comenzado, con un movimiento del ejército.

Hemos demostrado que a diferencia de lo que piensa el alcalde paseño Cook, los asesinatos se intensificaron con la presencia del ejército en Ciudad Juárez. Pero ¿Quiénes eran los asesinos? Según la versión oficial, los muertos por enfrentamiento con las fuerzas federales en Ciudad Juárez, durante el periodo que relatamos, probablemente no rebasen los 20. Esto quiere decir que los más de 1000 asesinatos durante abril de 2008 a febrero de 2009 ¡fueron de la guerra entre carteles! ¡Aún con la presencia de miles de militares en las calles!

¿La “guerra contra el crimen” funciono como un verdadero incentivo para la “guerra entre carteles”? o ¿eran los soldados o grupos paramilitares tolerados por ellos mismos, los que estaban asesinando a los miembros del crimen organizado, en una guerra ilegal y criminal? Y ¿realmente eran miembros del crimen organizado todos los muertos? No tendríamos que estar haciendo estas especulaciones, si la famosa guerra contra el crimen, con la cual ahora todo mundo parece estar de acuerdo, no fuera algo ilegal y oscuro. Hace unos días, el ejército levanto y torturo en Ciudad Juárez, a Sergio Fernández y Javier Eduardo Rosales, posteriormente fueron abandonados en un cerro, donde Eduardo murió.
xyfongx@gmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengamos en cuenta, además, que está por aprovarse la formación de "un cuerpo policiaco" que entre otras, gozará de la total impunidad para penetrar nuestros hogares (léase a nuestras personas y e intimidad) sin orden alguna de juez "competente", sin identificarse y vestidos de civiles (México 68 y década del 70?). Una vez más, malandros con permiso totalitario...y torturador.
Angustia, depravación y desesperación. Es lo que ya se ejerce sobre nosotros y se estructura su incremente en las "altas cámaras legislativas".
Creo que estos son crímenes de lesa humanidad.
Los universitarios somos su cordero favorito, recordemos que la milicia y los cuerpos policiacos abundan en ignorancia, falta de respeto y de individuos enojados con la sociedad. Por lo que los estudiantes representamos una actitud, la que se aleja de todo ello en un sentido de superación por tanto, opuestos a su salvajismo y legitimación de un poder, que por no serlo en sí mismo, requiere de las ya conocidas demostraciones de violencia en contra de una comunidad maculada en extremo.