El fundamento sobre el que se erige la universidad es la libre discusión de las ideas. La universidad es así el espacio que se construye sobre el fundamento de la libertad de cátedra y, no hay que olvidarlo, también, sobre la del aprendizaje. Una buena manera de ver estas dos libertades en su despliegue, sería remontarnos a las figuras de Pedro Abelardo y de los goliardos, para ver como sus valores y su acción influyeron en la fundación de la Universidad de París. Eran tiempos en que la disputa filosófica sobre la existencia de los universales estaba en su apogeo. Sus implicaciones sobre el ámbito de la ley, el poder de las instituciones, las pretensiones de verdad, eran motivo de agrias disputas y razón para ir a tribunales acusado de herejía.
Abelardo, genio lógico y polemista irredento criticaba, con manifiesta sorna, las posiciones más respetadas por el pensamiento oficial. Sin embargo, los intentos dirigidos a señalarlo como hereje, no fueron suficientes para detener el rio de estudiantes que preferían sus lecciones y su escuela a la de sus poderosos detractores. La mayor parte de sus discípulos no eran cualquier cosa, eran estudiantes libres, a los que se conocía como goliardos. Existe la tendencia a definirlos como clérigos libres. Mejor sería pensarlos como laicos en disputa contra el monopolio de las letras y la educación por parte de los clérigos y defensores de un estilo de vida centrado en la búsqueda de la felicidad terrena más que en la salvación celestial.
Sin embargo, la tendencia de maestros y alumnos a asociarse en la búsqueda del un fin “único” no era solamente propio de los estudiosos que buscaban enfrentar con sus opiniones diversas, a la inercia avasalladora del dogma, también eran acompañados en la búsqueda por liberarse de la autoridad por los ciudadanos que buscaban escapar de las duras condiciones que les imponía la servidumbre feudal. Las nuevas ciudades se conformaron como espacios libres construidos por aquellos rebeldes en búsqueda de la libertad: de ahí el dicho de esta época que afirma que “el aire de la ciudad vuelve libre”.
En ese sentido, el movimiento universidad contra el miedo busca que ese ambiente de discusión abierta de los problemas actuales se torne en movimiento de concurrencia libre de las ideas, proponemos que eso se haga por el momento por el momento en un espacio virtual. Vivimos por fortuna en un tiempo en el que la tecnología favorece la ruptura del monopolio “in-formativo” de las ideas. El origen de Universidad vs Miedo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez no lo limita a esta universidad, ni a esta golpeada ciudad fronteriza, ni siquiera al ámbito de la frontera México-Estados Unidos que es escenario de una cruzada contra el mal que no distingue tirios de troyanos. (pero que sistemáticamente golpea a los mexicanos) Está abierta a los universitarios y ciudadanos todos, que piensen que es el tiempo de decir, de hablar, de decidir más allá de los limitados marcos en que se mueve el pensamiento oficializado. Universidad contra el Miedo está, y es fundamental remarcarlo, abierta sobre todo a la libre discusión de las ideas desde donde estas provengan.
Abelardo, genio lógico y polemista irredento criticaba, con manifiesta sorna, las posiciones más respetadas por el pensamiento oficial. Sin embargo, los intentos dirigidos a señalarlo como hereje, no fueron suficientes para detener el rio de estudiantes que preferían sus lecciones y su escuela a la de sus poderosos detractores. La mayor parte de sus discípulos no eran cualquier cosa, eran estudiantes libres, a los que se conocía como goliardos. Existe la tendencia a definirlos como clérigos libres. Mejor sería pensarlos como laicos en disputa contra el monopolio de las letras y la educación por parte de los clérigos y defensores de un estilo de vida centrado en la búsqueda de la felicidad terrena más que en la salvación celestial.
Sin embargo, la tendencia de maestros y alumnos a asociarse en la búsqueda del un fin “único” no era solamente propio de los estudiosos que buscaban enfrentar con sus opiniones diversas, a la inercia avasalladora del dogma, también eran acompañados en la búsqueda por liberarse de la autoridad por los ciudadanos que buscaban escapar de las duras condiciones que les imponía la servidumbre feudal. Las nuevas ciudades se conformaron como espacios libres construidos por aquellos rebeldes en búsqueda de la libertad: de ahí el dicho de esta época que afirma que “el aire de la ciudad vuelve libre”.
En ese sentido, el movimiento universidad contra el miedo busca que ese ambiente de discusión abierta de los problemas actuales se torne en movimiento de concurrencia libre de las ideas, proponemos que eso se haga por el momento por el momento en un espacio virtual. Vivimos por fortuna en un tiempo en el que la tecnología favorece la ruptura del monopolio “in-formativo” de las ideas. El origen de Universidad vs Miedo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez no lo limita a esta universidad, ni a esta golpeada ciudad fronteriza, ni siquiera al ámbito de la frontera México-Estados Unidos que es escenario de una cruzada contra el mal que no distingue tirios de troyanos. (pero que sistemáticamente golpea a los mexicanos) Está abierta a los universitarios y ciudadanos todos, que piensen que es el tiempo de decir, de hablar, de decidir más allá de los limitados marcos en que se mueve el pensamiento oficializado. Universidad contra el Miedo está, y es fundamental remarcarlo, abierta sobre todo a la libre discusión de las ideas desde donde estas provengan.
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